PUERTOS DEL TOUR 2022.- LA VUELTA Y DATOS PRÁCTICOS

 

Cuando tienes claro que ya vas de vuelta el viaje en moto cambia. Por mucho que elijas rutas divertidas y le metas curvas al asunto, hay algo dentro de ti que te dice que lo bueno ya ha acabado y que estás de vuelta a casa. Si pudieras en estos momento pulsar un botón que te llevara directo a casa lo apretarías sin dudarlo. Y si a esta situación le sumas el tener horarios que cumplir, todo se complica.

Nos levantamos en Pamplona conscientes de lo anterior y sabiendo que tenemos que estar como muy tarde a las 14:30 en Arévalo porque tenemos reserva para comer a las 15:30 y hay que encontrar el apartamento, aparcar, subir las cosas, ducharnos y vestirnos de normales y lo primero que surge en la conversación es la conveniencia o no de acortar la ruta.

La opción más directa que Google te ofrece para cubrir la distancia que tenemos que hacer hoy sin entrar en autovías, supone unos 420 Km. en cerca de seis horas sin contar paradas, pero a eso tenemos que sumar que el itinerario que he programado pasa por la Ruta de los Tres Valles, otro proyecto turístico dirigido al amante de la moto y que cruza las riberas de los ríos Najerilla, Iregua y Leza en La Rioja por trazados de curvas y paisajes que a la par que amenizan el recorrido, lo hacen más lento, no tanto por la carga adicional de kilómetros, sino por el trazado que hace bajar la velocidad y parar más a menudo. Con este plan no llegamos con hora, así que decidimos tomar la vía directa hasta el inicio del recorrido por la Ruta y una vez finalizado el tramo, reprogramar navegadores y coger de nuevo la vía más rápida hasta Arévalo.


El primer tramo de esta ruta acompañando al río Leza nos sorprende con una impresionante carretera muy bien asfaltada con un trazado de ensueño que casi nadie recorre, al menos mientras nosotros estamos en ella, y que nos hace olvidar que el viaje toca a su fin. La recorremos con la misma ilusión que si fuera el primer día, dejándonos mecer en cada curva enlazada y mirando de reojo los paisajes que ofrece. La lástima es que al estar en modo vuelta no he colocado la cámara en la moto y no tengo registro de este tramo.

Tras un rato así, paramos a desayunar en ruta y seguimos por unos recorridos muy disfrutables hasta que nos lleva a la Sierra Cebollera y como colofón el paraje de la Laguna Negra. Carreteras extraordinarias y masas boscosas a ambos lados de la carretera nos convencen de que este destino hay que disfrutarlo de otra manera, más pacientemente y sin que sea una etapa de paso. Además, con eso de ir con prisa, no nos paramos ni a hacer una foto. Maldito modo de vuelta.




Una vez que terminamos el recorrido previsto por parte de la Ruta cumplimos lo pactado y afrontamos el tramo que nos queda, que no es corto, por insípidas carreteras nacionales e incluso algún que otro tramo de autovía en los que solamente nos paramos una vez para repostar y refrescarnos porque eso sí, el calor ya se deja notar de nuevo. Así, sacrificando el disfrute de la moto y sin mirar a los lados, conseguimos recortar algunos minutos a la previsión que hacía Tomtom y llegamos a Arévalo más o menos bien. A eso se suma que nuestra anfitriona nos estaba esperando en la puerta del apartamento que habíamos alquilado, nos lleva al parking y nos deja en el piso con una rapidez y simpatía extraordinaria. Además contamos con dos baños, lo que hace que la cosa mejore.

¿Por qué tanta prisa por llegar a Arévalo a la hora de comer? Sencillo. El año pasado terminamos la ruta en esta localidad con la idea de probar su célebre cochinillo asado. Reservamos en Asador Las Cubas y la experiencia fue increíble, tanto por la materia prima como por la atención recibida, así que decidimos que este año como colofón a la ruta por Pirineos teníamos que terminar comiendo cochinillo. Vaya homenaje. De verdad que es el mejor cochinillo que he probado nunca. La carne jugosa y muy sabrosa y la piel tostada y crujiente es un manjar digno de los dioses de todo panteón. Si a eso le sumamos el revuelto de morcilla con piñones y las mollejas de aperitivo, es seguro que merece la pena la paliza de kilómetros y carreteras rectas con tal de comer aquí.



Este año, como el Negro no ha podido venir por avería, Manolín ha hecho los honores y se ha quedado conmigo tomando un digestivo mientras el resto del grupo ha vuelto al apartamento para dormir la siesta. Si de dormir se trata, ya lo haré cuando vuelva a casa.

El resto de la tarde transcurre entre copas y risas hasta que nos volvemos a la casa, otra vez sin cenar como el año pasado, para pasar nuestra última noche motera. Nos acostamos temprano cada uno pensando en lo que le espera al día siguiente.

Ya temprano y duchados llega el momento de despedirse, ya que este año no volvemos todos en grupo. Sergio se va para Ribas de Sil donde hoy comienza la junta general anual del Silver Rider Motoclub y prolonga de esta forma su aventura motera. Qué pena no poder acompañarlo, pero las fechas no me cuadran. Manolín va a tirar para Madrid ya que quiere hacer una visita a un proveedor y comprar algo de género para el taller. Así que nos quedamos solos Pepe y yo que cogemos la N502 y con algún desvío para pasar por los pantanos, nos lleva a Córdoba con hora de que los dos pasemos por nuestros respectivas oficinas para apagar algún fuego y quedar con nuestras familias y comer juntos por última vez.

Otro viaje más que se ha acabado. Este año ha sido más corto que los anteriores por varios motivos, entre ellos los calendarios de los participantes, y en mi caso además autolimitado por el viaje que me pegué a los Balcanes en mayo. En cualquier caso, una nueva oportunidad de reforzar los lazos de amistad que nos unen y disfrutar de momentos impagables tanto encima de la moto como sentados en un bar. En el fondo somos muy sencillos y con poco nos basta. Somos felices recorriendo carreteras de curvas y riéndonos de cualquier chorrada delante de una cerveza o un chuletón. Esperemos que pronto se repita y que en esta ocasión sí podamos estar el grupo al completo.

Eso sí, la próxima vez que haga menos calor, por favor.


DATOS PRACTICOS

Como siempre, me gusta hacer un balance de los datos objetivos del viaje, tan valiosos cuando preparas una ruta y que te orientan a la programación de tus propias rutas.

Duración y distancia: 

Este año el viaje se ha ido poco por encima de los 2.900 Km. Teniendo en cuenta que han sido seis días con sus cinco noches de viaje, la media se nos queda por debajo de los 500 Km. diarios. La verdad es que este año hemos tenido etapas muy similares en cuanto a duración, si acaso algo más cortas las dos que hicimos por Pirineos en cuanto a distancia, pero no en duración por las características de la ruta. 

Recorrido:

El objetivo principal de viaje de este año era hacer un tramo de la ruta de los puertos del Tour. Como dije en su entrada correspondiente el recorrido completo están muy detallado en su página web y yo no tardaría menos de una semana en hacerlo. Me decanté por la zona de los puertos más famosos y espectaculares y a la ida incluí la Ruta del Silencio y a la vuelta la Ruta de los Tres Valles. El resto lo más directo posible para llegar a destino evitando siempre autovías y en la medida de lo posible nacionales rectilíneas. 

El resultado ha sido una buena mano de curvas en las que la mayor parte de las veces hemos disfrutado de buen asfalto y trazadas. Alguna zona de piso más roto pero nada alarmante y la ruta se hace perfectamente con ruedas asfálticas. 

Yo iba con las TKC70 y la verdad es que se ha hecho muy bien. Me sorprende el buen resultado que dan estas gomas que sin llegar a otras opciones más asfálticas, te permiten inclinar con mucha seguridad la moto. 

Presupuesto:

Teniendo en cuenta que ha sido un viaje corto y cercano, el presupuesto no se nos ha ido de las manos y ha estado siempre dentro de lo previsto. Como siempre, te puedes gastar mucho más o mucho menos en tu viaje, pero nosotros hemos ido bien y no nos hemos privado de nada dentro del presupuesto. Bien es cierto que Pepe nos invitó a cenar un par de veces por su capricho y eso hay que sacarlo del presupuesto, pero por lo demás todo compartido. 

En los hoteles, como el Negro se cayó del viaje a última hora, y por si se apuntaba no cambié habitaciones, al final asumimos su coste entre todos por igual con independencia del que durmiera solo.

Ahí van los números por persona:

Gasolina: 225 €

Hoteles: 185 €

Bote para comidas, cervezas...: 300 €

Regalos y demás gastos: 150 €

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